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BACTERIAS DE LA GARRAPATA DEL PERRO EN LA COMARCA LAGUNERA

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Autores

Cristina García-De la Peña1*

Annely Zamudio-López1

Sergio I. Barraza-Guerrero2

Ernesto Martínez-Aranda2

Josué M. de la Cruz-Ramos3

Anehlvy Acosta-Ayala4

Quetzaly K. Siller-Rodríguez1

María Guadalupe Torres-Delgado1

Verónica Ávila-Rodríguez1

Jesús Vásquez-Arroyo5

Luis Manuel Valenzuela-Núñez1

Juan Carlos Herrera-Salazar1

Instituciones

1Laboratorio de Medicina de la Conservación, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Juárez del Estado de Durango.

2Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.

3Unidad de Investigación Entomológica y Bioensayos, Secretaría de Salud de Durango.

4Departamento de Vectores, Secretaría de Salud de Durango.

5Facultad de Ciencias Químicas, Universidad Juárez del Estado de Durango.

*Contacto: cristina.garcia@ujed.mx

 

Financiamiento

Programa de Apoyos Institucionales y Proyectos de Investigación del COCYTED, Convocatoria Mujeres en la Ciencia, Tecnologías, Ingeniería y Matemáticas 2023.

INTRODUCCIÓN

La garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus) es la garrapata más abundante en la Comarca Lagunera de Durango y Coahuila, representando un serio problema de salud pública. Es conocida por su asociación con los perros y es un vector de diversas enfermedades zoonóticas que afectan tanto a animales como a los humanos. Es por esto que en el 2024 se analizó la microbiota bacteriana de esta garrapata utilizando técnicas modernas de secuenciación de siguiente generación. Gracias a esto se determinaron las especies con potencial zoonótico (que se transmiten a los animales y humanos durante su picadura) que porta esta garrapata. En esta página se presenta información sobre esta garrapata y sobre  las bacterias importantes para salud pública que puede transmitir.

DESCRIPCIÓN DE LA GARRAPATA

La garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus) se caracteriza por su pequeño tamaño y su forma aplanada cuando no está alimentada. Los adultos tienen aproximadamente 2.5 a 3 mm de largo, pero pueden aumentar significativamente de tamaño durante la alimentación. Los machos son más pequeños que las hembras y ambos sexos tienen un caparazón resistente conocido como escudo. Una característica distintiva de R. sanguineus es su morfología especializada para la vida en ambientes secos y cálidos, lo que le permite sobrevivir en lugares como hogares y perreras, algo poco común entre otras especies de garrapatas. El ciclo de vida de R. sanguineus incluye cuatro etapas: huevo, larva, ninfa y adulto. Todas las fases se alimentan de sangre de mamíferos, con una preferencia específica por los perros, aunque también pueden parasitar a otros animales, incluyendo seres humanos en casos raros. A diferencia de muchas otras garrapatas, R. sanguineus es una especie endofílica, lo que significa que puede completar su ciclo de vida dentro de los hogares y espacios cerrados. Esta garrapata es capaz de sobrevivir largos periodos de inanición, lo que le permite adaptarse a condiciones ambientales adversas. Además, puede completar su ciclo de vida en un periodo relativamente corto de 63 a 75 días bajo condiciones favorables. Esta capacidad para sobrevivir en interiores y su ciclo de vida rápido facilitan la infestación y expansión de poblaciones en ambientes habitados por humanos y animales domésticos.

 

Distribución

Rhipicephalus sanguineus tiene una distribución cosmopolita, presente en casi todos los continentes, incluidas las regiones tropicales, subtropicales y templadas. Su capacidad para sobrevivir en interiores le permite adaptarse a diferentes climas y ambientes. Sin embargo, su distribución es más densa en áreas donde los perros son comunes y donde existen condiciones favorables para su supervivencia, como altas temperaturas y baja humedad. En regiones más frías, esta garrapata depende de refugios como viviendas, perreras y otros espacios interiores para completar su ciclo de vida.

 

Importancia Ecológica

Desde una perspectiva ecológica, las garrapatas R. sanguineus juegan un papel importante como parásitos y vectores de patógenos. Al ser una especie altamente especializada en la parasitación de perros, esta garrapata afecta el comportamiento y la salud de sus hospederos. Sin embargo, esta especialización también puede limitar sus interacciones con otros componentes de los ecosistemas, lo que restringe su importancia ecológica más allá de su rol como parásito. A nivel trófico, las garrapatas forman parte de las redes alimenticias al servir como fuente de alimento para otros organismos, como algunas especies de aves. Sin embargo, debido a su pequeño tamaño y hábitos parasíticos, su contribución a la biomasa total de un ecosistema es generalmente baja.

 

Importancia en la Salud Pública

Uno de los aspectos más preocupantes de R. sanguineus es su capacidad para actuar como vector de una variedad de patógenos que afectan tanto a animales como a humanos. Entre las enfermedades más notables que transmite se encuentran la ehrlichiosis canina, causada por Ehrlichia canis, y la babesiosis canina, provocada por Babesia canis. Ambas enfermedades pueden ser letales si no se tratan a tiempo y son de particular preocupación en áreas con altas poblaciones de perros.

En términos de salud pública, R. sanguineus también tiene relevancia por su capacidad de transmitir enfermedades zoonóticas a los humanos. El control de esta garrapata es complejo debido a su capacidad para infestar tanto ambientes exteriores como interiores. Las estrategias más efectivas incluyen la aplicación regular de tratamientos acaricidas en los animales domésticos y el manejo adecuado del ambiente, como la limpieza frecuente de perreras y hogares. En áreas con alta prevalencia de enfermedades transmitidas por garrapatas, la educación pública sobre la prevención de picaduras y la eliminación segura de garrapatas es crucial.

Bibliografía de referencia

*Dantas-Torres F. 2008. The brown dog tick, Rhipicephalus sanguineus (Latreille, 1806) (Acari: Ixodidae): from taxonomy to control. Veterinary Parasitology, 152(3-4), 173-185.

*Otranto D. y Dantas-Torres F. 2010. Canine and feline vector-borne diseases in Italy: current situation and perspectives. Parasites & Vectors, 3(1), 1-12.

*Walker AR et al. 2003. Ticks of domestic animals in Africa: a guide to identification of species. Bioscience Reports. Edinburgh Scotland,U.K. ISBN 0-9545173-0-X

descripcion garrapata

Garrapatas Rhipicephalus sanguineus hembra y macho. Cortesía serviplagas.com

garrapata hembra

Garrapata hembra Rhipicephalus sanguineus repleta de sangre adherida a su hospedero y en proceso de alimentación.

Ehrlichia canis

La bacteria Ehrlichia canis forma parte de la microbiota de la garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus) en la Comarca Lagunera de Durango. El porcentaje que representa esta bacteria en la microbiota de esta garrapata es del 4.29%.

Descripción

Es una bacteria Gram negativa, intracelular obligada, que pertenece a la familia Anaplasmataceae. Es pequeña, con un tamaño que oscila entre 0.2 a 2 micrómetros de diámetro, lo que facilita su entrada y proliferación dentro de las células sanguíneas. Su forma es redonda o elipsoidal. Su principal hospedero es el perro, de ahí su nombre “canis”. Esta bacteria se transmite al perro cuando la garrapata se alimenta de su sangre. Una vez dentro en el torrente sanguíneo, E. canis invade los glóbulos blancos, especialmente los monocitos y macrófagos, donde se replica y se forma una estructura conocida como mórula, que es una inclusión intracelular compuesta por grupos de esta bacteria (Fig.1). Esta bacteria causa entonces la enfermedad conocida como erliquiosis canina, que en algunos casos puede ser letal si no se acude a un veterinario.

 

Infecciones en humanos por Ehrlichia canis

La infección humana por E. canis se ha reportado en Estados Unidos (Conrad, 1989), en Venezuela (Pérez et al., 2006), Costa Rica (Bouza-Mora et al., 2016), Panamá (Daza et al., 2018) y México (Silva et al., 2014). En la mayoría de los casos se creía que la enfermedad era fiebre manchada causada por Rickettsia rickettsi, sin embargo, algunos signos y síntomas eran distintos, por lo que se realizaron pruebas de inmunoensayos y PCR dando como resultado infección por E. canis. Esta enfermedad difiere de la fiebre manchada en que la mayoría de las personas no muestran las erupciones cutáneas (exantema o manchas rojo-purpureas en la piel). Aunque algunos de los casos reportados fueron muy graves, la mayoría se resolvieron en pocos días con o sin tratamiento antibiótico y sin secuelas.

 

Signos y síntomas en humanos

En los pocos casos reportados de infección humana por E. canis, los síntomas clínicos han variado, pero generalmente incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, fatiga, náuseas, vómito y anorexia. En ocasiones se ha presentado inflamación de ganglios linfáticos, bazo e hígado agrandados, diarrea, tos, faringitis, dolor abdominal, hematomas en cuello, brazos y piernas, enrojecimiento conjuntival y confusión. La biometría hemática puede mostrar trombocitopenia (bajo recuento de plaquetas), anemia (bajo recuento de glóbulos rojos) y leucopenia (reducción en el número de glóbulos blancos). En la química sanguínea puede presentarse alto nivel de transaminasas, fosfatasa alcalina elevada y niveles altos de creatinina/BUN.

Diagnóstico en humanos

El diagnóstico de la infección humana por E. canis es complejo debido a la falta de síntomas específicos y a la rareza de la enfermedad. Las técnicas de diagnóstico comúnmente utilizadas incluyen serología para detectar anticuerpos específicos contra esta bacteria y la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para detectar el DNA bacteriano en muestras de sangre. La observación directa de mórulas dentro de los glóbulos blancos en frotis de sangre es también un método diagnóstico, aunque menos sensible que las pruebas moleculares. Sin embargo, dado que la infección es rara y los síntomas son inespecíficos, es posible que la infección pase desapercibida o se confunda con otras enfermedades febriles.

Tratamiento en humanos

El tratamiento para la infección humana por E. canis es principalmente la doxiciclina, un antibiótico de la familia de las tetraciclinas que generalmente es eficaz en su tratamiento. En casos en los que se sospeche infección por esta bacteria, el inicio temprano del tratamiento es crucial para prevenir complicaciones graves, especialmente en individuos inmunocomprometidos.

Prevención y salud pública

Dado que la principal vía de transmisión es la picadura de garrapatas infectadas, la prevención se centra en minimizar la exposición a estos vectores. Esto incluye el uso de repelentes de insectos, ropa protectora y el control de garrapatas en entornos domésticos, especialmente en áreas donde los perros pueden estar infestados. Es de suma importancia vigilar que los niños no anden descalzos en la tierra y revisar todo su cuerpo y cabello luego de jugar en patios y jardines. Además, la vigilancia continua y la investigación adicional son necesarias para comprender mejor la epidemiología, la patogénesis y las mejores prácticas de manejo de la infección por E. canis en humanos.

Bibliografía de referencia

  • Bouza-Mora L, Dolz G, Solórzano-Morales A, Romero-Zúñiga JJ, Salazar-Sánchez L, Labruna MB, Aguiar DM. 2017. Novel genotype of Ehrlichia canis detected in samples of human blood bank donors in Costa Rica. Ticks Tick Borne Dis. Jan;8(1):36-40. doi: 10.1016/j.ttbdis.2016.09.012

  • Conrad ME. 1989. Review: Ehrlichia canis: A Tick-Borne Rickettsial-like infection in humans living in the Southeastern United States. The American Journal of the Medical Sciences, 297(1): 35-37.

  • Daza TC, Osorio J, Santamaría AM, Suárez JA, Hurtado A y Bermúdez S. 2018. Caracterización del primer caso de infección humana por Ehrlichia canis en Panamá. Revista Médica de Panamá, 38(3): 63-68.

  • Sainz A, Roura X, Miró G, Estrada-Peña A, Kohn B, Harrus S y Solano-Gallego L. 2015. Guideline for veterinary practitioners on canine ehrlichiosis and anaplasmosis in Europe. Parasites & Vectors (2015) 8:75, DOI 10.1186/s13071-015-0649-0

  • Silva AB, Canseco SP, de la Torre MPG, Mayoral-Silva A, Mayoral MA, Pérez-Campos-Mayoral L, López-Martínez J y Pérez-Campos E. 2014. Infección humana asintomática por contacto con perros. Un caso de ehrlichiosis humana. Gaceta Médica de México. 2014; 150:171-4.

EHRLICHIA CANIS

Fig. 1. Imagen de microscopio de una mórula de Ehrlichia canis en el citoplasma de un monocito. Tomada y modificada de Sainz et al. (2015).

Anaplasma platys

La bacteria Anaplasma platys forma parte de la microbiota de la garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus) en la Comarca Lagunera de Durango. El porcentaje que representa esta bacteria en la microbiota de esta garrapata es del 0.93%.

Descripción

Es una bacteria Gram negativa que pertenece a la familia Anaplasmataceae. Es pequeña, con un tamaño que oscila entre 0.4 a 1.5 micrómetros de diámetro, lo que facilita su entrada y proliferación dentro de las células sanguíneas. Por lo general, su forma es redonda aunque suele ser altamente pleomórfica (de forma variable). Esta bacteria es intracelular obligada, lo que significa que necesita vivir dentro de las células de su hospedero para sobrevivir y replicarse. El principal hospedero de A. platys son los perros, aunque también se han reportado casos en humanos. Esta bacteria infecta casi exclusivamente a las plaquetas del perro (de ahí el nombre “platys”), provocando una condición conocida como trombocitopenia cíclica canina que se caracteriza por una disminución periódica en el número de plaquetas en la sangre de estos animales. Una vez que esta bacteria ingresa a las plaquetas, forma inclusiones llamadas mórulas, donde se lleva a cabo su replicación (Fig. 2).

Infecciones en humanos por Anaplasma platys

Aunque A. platys es principalmente un patógeno canino, existen reportes aislados de infecciones en humanos, principalmente en personas inmunocomprometidas o en aquellas que han tenido un contacto estrecho y prolongado con animales infectados o garrapatas. Estos reportes corresponden al caso de un veterinario de especies exóticas que trabajó con animales en la Isla de Granada (Caribe), Irlanda y Sudáfrica (Maggi et al., 2013), así como dos casos de mujeres que convivían con perros en Venezuela (Arraga-Alvarado et al., 2014). Debido a la exposición de estas personas a picadura de garrapata R. sanguineus, se sospechó de alguna bacteria transmitida por este vector. Tras realizarse frotis sanguíneo y PCR se detectó presencia de A. platys. En general, la infección fue leve y se resolvió  favorablemente tras el tratamiento médico.

Signos y síntomas en humanos

Los signos y síntomas registrados en los pacientes infectados por A. platys incluyen falta de apetito, debilidad general, fatiga, dolor muscular y dolor de cabeza.

Diagnóstico en humanos

El diagnóstico de la infección por A. platys en humanos es complejo debido a su rareza y a la falta de síntomas específicos. Las técnicas de diagnóstico utilizadas incluyen reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para detectar el DNA bacteriano en muestras de sangre y la observación directa de mórulas dentro de las plaquetas. Sin embargo, dado que la infección es rara y los síntomas son inespecíficos, es posible que la infección pase desapercibida o se confunda con otras enfermedades.

Tratamiento en humanos

El tratamiento para la infección humana por A. platys es similar al de otras enfermedades causadas por rickettsias. La doxiciclina, un antibiótico de la familia de las tetraciclinas, es el fármaco de elección y generalmente es eficaz en el tratamiento de la infección. En casos en los que se sospeche de infección por esta bacteria, el inicio temprano del tratamiento es crucial para prevenir complicaciones graves, especialmente en individuos inmunocomprometidos.

Prevención y salud pública

Aunque la incidencia mundial de infecciones humanas por A. platys es baja, la posibilidad de transmisión zoonótica subraya la importancia de la vigilancia epidemiológica, especialmente en regiones donde la garrapata R. sanguineus es prevalente. Dado que la principal vía de transmisión es la picadura de garrapatas infectadas, la prevención se centra en minimizar la exposición a estos vectores. Esto incluye el uso de repelentes de insectos, ropa protectora y el control de garrapatas en entornos domésticos, especialmente en áreas donde los perros pueden estar infestados. Es de suma importancia vigilar que los niños no anden descalzos en la tierra y revisar todo su cuerpo y cabello luego de jugar en patios y jardines. Además, la investigación continua es necesaria para entender mejor el potencial zoonótico de A. platys y desarrollar estrategias efectivas de control.

Bibliografía de referencia

* Abarca K, López J, Perret C, Guerrero J, Godoy P, Veloz A, Valiente-Echeverría F, León U, Gutjahr C, Azócar T. 2007. Anaplasma platys in dogs, Chile. Emerg. Infect. Dis. Sep;13(9):1392-5. doi: 10.3201/eid1309.070021

* Arraga-Alvarado CM, Qurollo BA, Parra OC, Berrueta MA, Hegarty BC y Breitschwerdt BE. 2014. Case report: molecular evidence of Anaplasma platys infection in two women from Venezuela. Am. J. Trop. Med. Hyg.; 91:1161–1165.

* Maggi RG, Mascarelli PE, Havenga LN, Naidoo V y Breitschwerdt EB. 2013. Co-infection with Anaplasma platys, Bartonella henselae and Candidatus Mycoplasma haematoparvum in a veterinarian. Parasit. Vectors;6:103.

* Tateishi TV, Lí OE, Hoyos LS, Rivera HG, Manchego AS, Barrios LA, More JB. 2015. Identificación hematológica y molecular de Anaplasma platys en caninos domésticos de lima metropolitana con signos clínicos compatibles con Anaplasmosis. Rev. Inv. Vet. Perú; 26(1): 111-118 http://dx.doi.org/10.15381/rivep.v26i1.10920

* Tintel AMJ, Arze-Selich P, Rolón MS y Vega-Gómez C. 2023. Detección canina de Anaplasma platys mediante     PCR     en     tiempo     real.     Ciencia     Latina     Revista     Científica     Multidisciplinar,     7(1),     1674-1680. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4513

ANAPLASMA PLATYS

Fig. 2. Imagen de microscopio de una mórula de Anaplasma platys en el citoplasma de una plaqueta. Tomada de Arraga-Alvarado et al. (2014).

Rickettsia rickettsii es el agente causal de la fiebre manchada de las Montañas Rocosas (FMMR), una de las enfermedades más graves transmitidas por garrapatas en el continente americano. Esta es una enfermedad potencialmente letal si no se trata a tiempo. A pesar de los avances en el diagnóstico y el tratamiento, la detección temprana sigue siendo un desafío debido a los síntomas inespecíficos de la fase inicial.

En específico para la Comarca Lagunera, se ha documentado la presencia de la bacteria R. rickettsii en garrapatas hembras alimentadas (repletas de sangre) de la garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus); sin embargo, en comparación con otras especies de garrapatas que habitan en Estados Unidos, la abundancia de R. rickettsii en R. sanguineus se considera baja (Demma et al., 2005). Además, Azad y Beard (1998) comentan que es probable que R. rickettsii requiera que la garrapata ingiera sangre durante varias horas para poder nutrirse, multiplicarse y posteriormente ser transmitida a la persona durante la picadura, por lo que es difícil encontrar a esta bacteria en un estudio de microbiota de garrapatas no alimentadas.  ​

 

Descripción

Es una bacteria Gram negativa perteneciente a la familia Rickettsiaceae. Son organismos que en general tienen forma de bastón, con un tamaño de 1 a 4 micrómetros de longitud, pero también pueden ser redondas (0.1 micrómetros de diámetro). Esta bacteria es intracelular obligada, lo que significa que solo puede replicarse dentro de las células de un organismo hospedero. Las células endoteliales (aquellas que recubren los vasos sanguíneos) son las más afectadas, y a través de ellas las bacterias ingresan al torrente sanguíneo provocando inflamación generalizada y daño vascular.  En cultivos celulares especiales utilizando células epiteliales, las bacterias Rickettsia se observan de color rosa-rojizo, diseminadas por toda la célula (Fig. 3).

Infecciones en humanos por Rickettsia rickettsii

La infección por Rickettsia rickettsii (FMMR) es un problema de salud pública en varias regiones de América. Estados Unidos es el país donde se presenta la mayor cantidad de casos de FMMR. Las áreas más afectadas incluyen los estados del sudeste y el centro-sur del país, como Carolina del Norte, Oklahoma, Arkansas, Tennessee y Missouri. En estas regiones, las garrapatas del género Dermacentor son los principales vectores de la bacteria. En países como Costa Rica, Colombia y Brasil, se han reportado casos esporádicos de FMMR, pero la incidencia es baja en comparación con América del Norte. La distribución geográfica y el clima favorecen la presencia de garrapatas portadoras de R. rickettsii en ciertas regiones, aunque se han identificado otras especies de Rickettsia en estos países que pueden causar enfermedades similares. En Brasil, las zonas rurales del estado de São Paulo han registrado casos de esta enfermedad. Aunque los casos son más esporádicos en comparación con Estados Unidos, la mortalidad en esta región ha sido relativamente alta debido al retraso en el diagnóstico.

Erupciones cutáneas (exantema) clásicas de la Fiebre Manchada de las Montañas Rocosas causada por Rickettsia rickettsii

En  México la FMMR es un problema emergente de salud pública, especialmente en los estados del norte como Sonora y Baja California. En años recientes, se ha observado un aumento en los casos reportados, particularmente en áreas rurales donde la exposición a las garrapatas es más frecuente.

En la Comarca Lagunera, la FMMR se ha convertido en un problema epidemiológico de relevancia. Según la Secretaría de Salud de Coahuila, la región ha registrado un aumento significativo de casos en la última década, con brotes importantes en los municipios de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo. Los datos indican que entre 2015 y 2020 se han reportado más de 200 casos confirmados de fiebre manchada, con tasas de mortalidad cercanas al 30%. Este incremento puede estar relacionado con diversos factores, como el aumento de la población de garrapatas debido a condiciones climáticas favorables y la convivencia cercana entre humanos y animales domésticos, como perros, que actúan como reservorios principales de las garrapatas infectadas.

Las autoridades locales han implementado varias medidas de prevención y control para reducir la incidencia de fiebre manchada. Una de las principales acciones ha sido la creación de campañas de concientización pública dirigidas a la población sobre la importancia de controlar las poblaciones de garrapatas y mantener a los perros domésticos libres de infestaciones. Estas campañas también incluyen información sobre cómo identificar los primeros síntomas de la enfermedad y la importancia de buscar atención médica de inmediato.

Otra estrategia clave ha sido la implementación de programas de control de vectores, que incluyen la fumigación de áreas públicas y la distribución de collares antipulgas y antigarrapatas para perros en áreas de alto riesgo. Sin embargo, la cobertura de estos programas aún es limitada debido a la falta de recursos y la dificultad de mantener un control constante sobre la población de perros callejeros.

A nivel gubernamental, se han impulsado esfuerzos para mejorar el diagnóstico temprano y el tratamiento de la fiebre manchada en la región. Los hospitales de la Comarca Lagunera han recibido capacitación adicional para el personal médico en el reconocimiento y manejo de casos de fiebre manchada. No obstante, las limitaciones en el acceso a pruebas diagnósticas específicas, como la serología o la PCR, siguen siendo un obstáculo para un manejo efectivo.

Signos y síntomas en humanos

Los síntomas de la fiebre manchada por R. rickettsii suelen aparecer entre 2 y 14 días después de la picadura de una garrapata infectada. Los signos iniciales son inespecíficos y pueden dificultar el diagnóstico precoz. Los síntomas tempranos incluyen fiebre, dolor de cabeza severo, escalofríos, dolores musculares, náuseas y vómitos y malestar general; sin embargo, uno de los signos más característicos es una erupción cutánea, que suele aparecer entre el tercer y el quinto día de la enfermedad. Esta erupción comienza generalmente en las muñecas y los tobillos, extendiéndose posteriormente al tronco y las extremidades. La erupción es maculopapular (manchas pequeñas y planas) al principio, pero puede evolucionar a petequias (pequeñas manchas rojas que indican sangrado bajo la piel), lo que es un signo de una infección grave. Si no se trata a tiempo, la fiebre maculosa puede progresar a complicaciones graves, como insuficiencia renal, neumonía, encefalitis, shock séptico y fallo multiorgánico. La mortalidad puede ser alta, especialmente en pacientes que no reciben tratamiento adecuado en las primeras etapas de la enfermedad.

Diagnóstico en humanos

El diagnóstico de la infección por R. rickettsii es un desafío debido a la naturaleza inespecífica de los síntomas iniciales. Dado que la fiebre manchada puede ser potencialmente mortal, el tratamiento debe iniciarse basándose en la sospecha clínica, sin esperar la confirmación diagnóstica. Los métodos diagnósticos incluyen:

  1. Serología: Las pruebas serológicas, como la inmunofluorescencia indirecta (IFA), son las más utilizadas para confirmar la infección por R. rickettsii. Sin embargo, los anticuerpos contra la bacteria no suelen ser detectables hasta la segunda semana de la enfermedad, lo que limita su utilidad en las fases tempranas.

  2. Reacción en cadena de la polimerasa (PCR): La PCR permite la detección del DNA de R. rickettsii en muestras de sangre, orina o tejidos, siendo una herramienta útil para el diagnóstico precoz, aunque no siempre es accesible en todas las áreas.

  3. Biopsia de piel: En pacientes con erupciones cutáneas, se puede tomar una biopsia de la piel para realizar pruebas de inmunohistoquímica, histopatológía con tinción de Pinkerton o PCR para la detección de la bacteria.

El diagnóstico clínico temprano es crucial, ya que la demora en el tratamiento puede llevar a complicaciones graves e incluso a la muerte.

Tratamiento en humanos

El tratamiento de elección para la fiebre manchada es la administración de doxiciclina, un antibiótico de la familia de las tetraciclinas. La doxiciclina es altamente eficaz y debe iniciarse inmediatamente cuando se sospecha la infección, incluso en niños y mujeres embarazadas, debido al riesgo de una enfermedad grave. El tratamiento debe iniciarse antes de obtener los resultados de laboratorio, ya que la demora en la administración de antibióticos está asociada con una mayor tasa de mortalidad. El régimen de tratamiento suele ser de 7 a 14 días, dependiendo de la gravedad de la enfermedad y la respuesta al tratamiento. En casos leves, la mejoría puede observarse en las primeras 48 horas tras el inicio de los antibióticos. Sin embargo, en infecciones graves, puede ser necesario el manejo en una unidad de cuidados intensivos para tratar complicaciones como la insuficiencia renal o respiratoria.

Prevención y salud pública

Dado que la principal vía de transmisión es la picadura de garrapatas infectadas, la prevención se centra en minimizar la exposición a estos vectores. Esto incluye el uso de repelentes de insectos, ropa protectora y el control de garrapatas en entornos domésticos, especialmente en áreas donde los perros pueden estar infestados. Es de suma importancia vigilar que los niños no anden descalzos en la tierra y revisar todo su cuerpo y cabello luego de jugar en patios y jardines. Además, la vigilancia continua y la investigación adicional son necesarias para comprender mejor la epidemiología, la patogénesis y las mejores prácticas de manejo de la infección por fiebre manchada en seres humanos.

Bibliografía de referencia

  • Álvarez-López DI, Ochoa-Mora E, Nichols Heitman K, Binder AM, Álvarez-Hernández G, Armstrong PA. 2021. Epidemiology and Clinical Features of Rocky Mountain spotted fever from Enhanced Surveillance, Sonora, Mexico: 2015-2018. Am. J. Trop. Med. Hyg. Jan; 104(1):190-197. doi: 10.4269/ajtmh.20-0854.

  • Álvarez-Hernández G, Paddock CD, Walker DH, Valenzuela JG, Calleja-López JRT, Rivera-Rosas CN, Sotelo-Mundo RR. Rocky Mountain spotted fever is a neglected tropical disease in Latin America. 2024. PLoS Negl. Trop. Dis. Jul 11;18(7):e0012276. doi: 10.1371/journal.pntd.0012276.

  • Azad, A.F. & C.B. Beard. 1998. Rickettsial pathogens and their arthropod vectors. Emerging Infectious Diseases, 4(2):179-86.

  • CDC. (2024). Rocky Mountain Spotted Fever (RMSF). https://www.cdc.gov/rocky-mountain-spotted-fever/about/index.html

  • Demma, L. J., M. S. Traeger, W. L. Nicholson, C. D. Paddock, D. M. Blau, M. E. Eremeeva, G. A. Dasch, M. L. Levin, J. Singleton, S. R. Zaki, J. E. Cheek, D. L. Swerdlow & J. H. McQuiston. 2005. Rocky Mountain spotted fever from an unexpected tick vector in Arizona. New England Journal of Medicine, 353:587-594.

  • Ortega-Morales AI, Nava-Reyna E, Ávila-Rodríguez V, González-Álvarez VH, Castillo-Martínez A, Siller-Rodríguez QK, et al. Detection of Rickettsia spp. in Rhipicephalus sanguineus (sensu lato) collected from free-roaming dogs in Coahuila state, Northern Mexico. 2019. Parasit. Vectors. 2019; 12:130.

  • Oteo JA, Nava S, de Sousa R, Mattar S, Venzal JM, Abarca K, Labruna MB y Zavala-Castro J. 2014. Guías Latinoamericanas de la RIICER para el diagnóstico de las rickettsiosis transmitidas por garrapatas. Rev. Chilena Infectol. 2014; 31 (1): 54-65

Fig. 3. Imagen de microscopio de células cultivadas (Vero-E6) donde se observan bacterias Rickettsia en forma de bastones rosa-rojizos. Tomada de Oteo et al. (2014).

RICKETTSIA RICKETTSII

Rickettsia rickettsii

Coxiella mudrowiae

La bacteria Coxiella mudrowiae forma la mayor parte de la microbiota de la garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus) en la Comarca Lagunera de Durango. El porcentaje que representa esta bacteria en la microbiota de esta garrapata es del 64.24%.

Descripción

El género Coxiella es conocido principalmente por la especie Coxiella burnetii, el agente causal de la fiebre Q, una zoonosis con impacto global. Sin embargo, la identificación de nuevas especies dentro de este género ha abierto nuevas perspectivas sobre la diversidad biológica de estos microorganismos. Una de estas especies emergentes es Coxiella mudrowiae, un patógeno recientemente descrito que está comenzando a captar la atención en la investigación de enfermedades infecciosas. Esta bacteria fue identificada por primera vez en estudios sobre la biodiversidad de bacterias presentes en garrapatas y otros artrópodos. El hallazgo de esta nueva especie ha sido posible gracias a los avances en las técnicas de secuenciación del DNA, lo que ha permitido la diferenciación de C. mudrowiae de otras especies del mismo género. Los primeros informes sugieren que la bacteria fue aislada en una garrapata, pero aún se están investigando sus reservorios y posibles vectores, así como su distribución geográfica. La identificación de C. mudrowiae destaca la importancia de continuar con la vigilancia de los patógenos transmitidos por vectores, dado que muchas de estas especies pueden tener implicaciones en la salud humana o animal, aun cuando su impacto no sea inmediato o evidente. Al igual que otras bacterias del género Coxiella, C. mudrowiae parece ser un microorganismo intracelular obligado, lo que significa que depende de las células de un hospedero para replicarse. Aunque comparte ciertas características genéticas con C. burnetii, C. mudrowiae tiene una secuencia genómica única que la distingue de otras especies del género. Las secuencias específicas de C. mudrowiae sugieren que esta bacteria podría estar adaptada a un nicho ecológico distinto, lo que podría incluir tanto artrópodos como vertebrados.

Patogenicidad y Relevancia Clínica

A la fecha, no se han documentado casos de infecciones humanas o animales causadas por C. mudrowiae. Sin embargo, su descubrimiento en garrapatas sugiere un potencial zoonótico, especialmente dado que otras especies del género Coxiella han demostrado ser patógenas para humanos y animales. Dado que otras bacterias del género Coxiella pueden producir síntomas desde leves hasta graves, que incluyen fiebre, fatiga y neumonía atípica, es importante continuar investigando el posible riesgo de C. mudrowiae para la salud pública.

Relevancia en Salud Pública

La vigilancia de bacterias emergentes como C. mudrowiae es crucial en el contexto de la salud pública, ya que muchas enfermedades infecciosas importantes han sido inicialmente subestimadas. La historia de la fiebre Q, causada por C. burnetii, demuestra cómo una bacteria transmitida por vectores, inicialmente poco conocida, puede convertirse en una amenaza para la salud pública global. En este contexto, se están realizando esfuerzos para monitorear la prevalencia de C. mudrowiae en poblaciones de garrapatas y otros artrópodos, así como para determinar su capacidad de infectar a hospederos vertebrados. La colaboración entre veterinarios, epidemiólogos y biólogos moleculares es clave para la comprensión de esta nueva especie bacteriana. La identificación de C. mudrowiae subraya la importancia de los estudios de vigilancia en ecosistemas donde las interacciones entre animales, vectores y humanos son frecuentes.

Futuras Líneas de Investigación

Se necesita una mayor investigación sobre los posibles vectores y reservorios animales de C. mudrowiae, así como su distribución geográfica. También es fundamental comprender si esta bacteria tiene el potencial de ser zoonótica y que pueda representar un riesgo para la salud humana. Es necesario desarrollar herramientas diagnósticas específicas que permitan la identificación precisa de infecciones causadas por esta especie. Con el avance de la investigación en ecología de vectores y la mejora de las herramientas moleculares, es probable que en los próximos años se obtengan datos cruciales sobre la epidemiología y las posibles implicaciones clínicas de C. mudrowiae en el mundo y en particular en la Comarca Lagunera, donde es la bacteria más abundante en la garrapata marrón del perro.

Bibliografía de referencia

  • Celina SS y Cerný J. 2022. Coxiella burnetii in ticks, livestock, pets and wildlife: A mini-review. Frontiers in Veterinary Science, 9:1068129.

  • Gottlieb Y, Lalzar I y Klasson L. 2015. Distinctive Genome Reduction Rates Revealed by Genomic Analyses of Two Coxiella-Like Endosymbionts in Ticks. Genome Biology and Evolution, 7(6):1779–1796, https://doi.org/10.1093/gbe/evv108

  • Kobayashi T, Chatanga E, Qiu Y, Simuunza M, Kajihara M, Hang'ombe BM, Eto Y, Saasa N, Mori-Kajihara A, Simulundu E, Takada A, Sawa H, Katakura K, Nonaka N, Nakao R. 2021. Molecular detection and genotyping of Coxiella-Like endosymbionts in ticks collected from animals and vegetation in Zambia. Pathogens. Jun 21;10(6):779. doi: 10.3390/pathogens10060779

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  • Shi, M., T. Qin, L. Zhitong, H. Feng y Y. Sun. 2022. Molecular detection of Candidatus Coxiella mudorwiae in Haemaphysalis concinna in China. Zoonoses. 2022. 2(1). doi: 10.15212/ZOONOSES-2022-0041

  • Rahal M, Medkour H, Diarra AZ, Bitam I, Parola P, et al. 2020. Molecular identification and evaluation of Coxiella-like endosymbionts genetic diversity carried by cattle ticks in Algeria. Ticks and Tick-borne Diseases, 11(5), ff10.1016/j.ttbdis.2020.101493ff. ffhal-03149721

cumulo

Cúmulo de bacterias del género Coxiella.

Imagen cortesía de Fundación iO

Anaplasma phagocytophilum

La bacteria Anaplasma phagocytophilum es el agente causal de la anaplasmosis granulocítica humana (AGH), enfermedad que puede variar en gravedad, pero que es considerada potencialmente seria especialmente si no se diagnostica y trata a tiempo. En la Comarca Lagunera se ha reportado esta bacteria en la sangre de un veterinario que fue picado por la garrapata del perro, Rhipicephalus sanguineus, sin presentar complicaciones de salud. Sin embargo, existen reportes de otras partes de México y Estados Unidos donde si se han manifestado síntomas de gravedad moderada. Al ser un patógeno que ya ha sido registrado en esta región, es importante conocerlo y prevenir su transmisión al ser humano.

Descripción

Anaplasma phagocytophilum (Fig. 4) es una bacteria Gram negativa que pertenece a la familia Rickettsiaceae. Es una bacteria intracelular obligada que infecta predominantemente los glóbulos blancos, específicamente los neutrófilos. Es un patógeno pequeño, de aproximadamente 0.5 a 1.0 micrómetros de diámetro, y su estructura celular está adaptada para la vida dentro de las células del hospedero. Esta bacteria se caracteriza por su capacidad de evadir el sistema inmunológico, lo que le permite persistir en el organismo. La transmisión de A. phagocytophilum se produce principalmente a través de la picadura de garrapatas infectadas, siendo Ixodes scapularis (garrapata de patas negras), una de las más comunes en América del Norte. Sin embargo esta bacteria puede ser transmitida por otras especies de garrapatas, como Dermacentor spp., Amblyomma spp. y R. sanguineus (Comarca Lagunera).

Infecciones en humanos por Anaplasma phagocytophilum

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el número de casos reportados de AGH en los Estados Unidos ha crecido de manera constante. En 2000, se reportaron alrededor de 350 casos, mientras que en 2020, la cifra alcanzó más de 5,600 casos. Este aumento podría deberse a la mayor conciencia sobre la enfermedad, la mejora en los métodos de diagnóstico y el incremento de la interacción entre humanos y garrapatas debido a la expansión urbana en áreas rurales. En América Latina, la AGH ha sido poco reportada, aunque se ha identificado la presencia del patógeno en animales, vectores y personas en países como México y Brasil. Sosa-Gutiérrez et al. (2021), analizaron sangre de personas con síntomas sugestivos a AGH provenientes de los estados de Chihuahua, Sinaloa,  Sonora, Jalisco, Hidalgo, Yucatán, Puebla, Veracruz, Michoacán, Morelos, Estado de México y Ciudad de México. Un 8.38% de las muestras fueron positivas a A. phagocytophilum mediante análisis de inmunofluorescencia. Los síntomas más frecuentes fueron dolores articulares, mareos, vómitos, salpullido, dolor de cabeza, petequias, fiebre, entre otros.

Signos y síntomas en humanos

En los humanos, las manifestaciones clínicas más comunes de la AGH son síntomas parecidos a los de la gripe dos o tres semanas después de la adhesión de la garrapata (Stuen et al., 2014), como fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares y fatiga. En algunos casos, los pacientes pueden experimentar síntomas gastrointestinales, como náuseas y vómitos. Por otra parte, se ha documentado que alrededor del 20% de los pacientes con AGH llegan a padecer meningoencefalitis (Moniuszko-Malinowska et al., 2021). En el análisis de sangre puede manifestarse trombocitopenia, leucopenia y aumento de las transaminasas hepáticas. Estos síntomas pueden ser confundidos con otras enfermedades transmitidas por garrapatas, lo que complica el diagnóstico. En términos de gravedad, los grupos de alto riesgo incluyen personas mayores, inmunocomprometidos y aquellos con afecciones crónicas subyacentes, como la enfermedad renal o la diabetes. En estos pacientes, la infección puede progresar rápidamente y causar complicaciones graves como insuficiencia respiratoria, hemorragia, falla orgánica múltiple o incluso la muerte si no se trata. En casos raros, la enfermedad también puede provocar coagulopatías o una disfunción del sistema nervioso central.

Diagnóstico en humanos

El diagnóstico de la AGH se realiza a través de la identificación de la bacteria en muestras de sangre mediante técnicas de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) o serología. La detección temprana es crucial para evitar complicaciones.

Tratamiento en humanos

El tratamiento de la AGH se basa en la administración de antibióticos, siendo la doxiciclina el tratamiento de elección, especialmente en adultos y adolescentes. El tratamiento debe iniciarse lo antes posible, ya que una intervención temprana puede prevenir complicaciones severas y asegurar una recuperación completa. La mayoría de los pacientes responden favorablemente al tratamiento y los síntomas suelen mejorar en pocos días.

Prevención y salud pública

La prevención de la AGH se centra en evitar las picaduras de garrapatas. Algunas medidas efectivas incluyen el uso de repelentes, el uso de ropa protectora y el chequeo frecuente del cuerpo después de actividades al aire libre en áreas donde las garrapatas son comunes.

 

Bibliografía de referencia

  • Bauer BU, Raileanu C, Tauchmann O, Fischer S, Ambros C, Silaghi C, Ganter M. 2021. Anaplasma phagocytophilum and Anaplasma ovis–Emerging Pathogens in the German Sheep Population. Pathogens, 2021, 10, 1298. https://doi.org/10.3390/pathogens10101298

  • CDC. 2020. Anaplasmosis Statistics. Centers for Disease Control and Prevention. https://www.cdc.gov/anaplasmosis/hcp/statistics/index.html

  • Cosiquien RJS, Stojiljkovic N, Nordstrom CW, Amadi E, Lutwick L, Dumic I. 2023. Anaplasma phagocytophilum Encephalitis: A Case Report and Literature Review of Neurologic Manifestations of Anaplasmosis. Infect. Dis. Rep. 2023, 15, 354–359. https://doi.org/10.3390/idr15040035

  • Moniuszko-Malinowska A, Dunaj J, Andersson MO, Chmielewski T, Czupryna P, Groth M, Grygorczuk S, Zajkowska J, Kondrusik M, Kruszewska E, et al. 2021. Anaplasmosis in Poland—Analysis of 120 patients. Ticks Tick-Borne Dis. 2021, 12, 101763.

  • Sosa-Gutiérrez CG, Cervantes-Castillo MA, Laguna-González R, López-Echeverría LY, Ojeda-Ramírez D, Oyervides M. 2021. Serological and molecular evidence of patients infected with Anaplasma phagocytophilum in Mexico. Diseases 2021, 9, 37. https://doi.org/10.3390/diseases9020037

  • Stuen S, Granquist E & Silaghi C. 2014. Anaplasma phagocytophilum - pathogen with a zoonotic potential. Parasites Vectors 7 (Suppl 1), O24 (2014). https://doi.org/10.1186/1756-3305-7-S1-O24

Fig. 4. Imagen de microscopio de una mórula de Anaplasma phagocytophilum infectando un neutrófilo. Tomada de Bauer et al. (2021).

phagocyto

Otras bacterias con potencial patógeno

El proceso natural de transmisión de patógenos por parte de la garrapata Rhipicephalus sanguineus se lleva a cabo de dos maneras, la primera se da cuando la garrapata inyecta saliva para comenzar su alimentación y la segunda es por regurgitación.

La saliva de las garrapatas es un complejo cóctel de proteínas y otros compuestos que les favorece en la succión de sangre (Nuttall, 2023). Algunos de los componentes principales de la saliva incluyen: 1) Anticoagulantes (previenen la coagulación de la sangre, facilitando la alimentación, 2) Inmunomoduladores (ayudan a evadir el sistema inmunológico del hospedero, reduciendo la respuesta inflamatoria, 3) proteínas analgésicas (disminuyen la sensación de dolor en el área de la picadura, lo que permite a la garrapata alimentarse sin ser detectada), 4) enzimas (ayudan a descomponer los tejidos del hospedador y facilitan la digestión de la sangre) y 5) factores de adhesión (permiten que la garrapata se adhiera firmemente a la piel del hospedero).

Bacterias como Rickettsia spp., Ehrlichia spp. y Anaplasma spp. habitan normalmente en el intestino de la garrapata, pero presentan afinidad por conglomerarse en las glándulas salivales donde permanecen hasta que la garrapata comienza a alimentarse y posteriormente se transmiten al hospedero por la saliva (Dantas-Torres, 2008). Sin embargo, existe una segunda forma de transmisión de patógenos que es la regurgitación. Durante la alimentación de sangre, hay un período inicial de succión lenta (con digestión continua de la sangre en el intestino medio) y un período posterior de congestión rápida (con digestión reducida). Durante el proceso de alimentación se observan períodos alternados de succión de sangre y salivación, con regurgitación frecuente (Parola y Raoult, 2001). Este proceso de intensa salivación y regurgitación es de gran importancia para la transmisión de patógenos durante la alimentación con sangre (Dantas-Torres, 2007). Esto significa que algunas bacterias intestinales pueden ingresar al hospedero, como se ha demostrado experimentalmente con garrapatas Amblyomma americanum (Brown, 1988). Cabe destacar que se puede dar el caso en que cuando una persona descubre que tiene una garrapata adherida a su cuerpo, su reacción instintiva sea agarrarla con los dedos y arrancarla de su piel; sin embargo, durante esta acción puede aplastar el cuerpo del parásito provocando que su contenido sea proyectado hacia el sitio de la picadura, provocando una fuerte regurgitación y consecuente transmisión de una gran cantidad de bacterias intestinales. Tampoco es aconsejable cubrir a la garrapata con sustancias como aceite, gasolina, alcohol o vaselina, ni quemarla con cigarro o encendedor para removerla de la piel, ya que el parásito tiende a estresarse y su reflejo puede ser también la regurgitación (Juárez-Jiménez et al., 2017). De aquí la importancia de conocer qué bacterias, además de las ya conocidas como patógenos de importancia en salud pública, pueden ingresar al torrente sanguíneo del ser humano por regurgitación y causar infecciones.

En el presente estudio se registraron 75 especies que según la literatura disponible están catalogadas como patógenos para el ser humano, causando principalmente bacteriemias, así como otros tipos de infecciones. Es probable que estas bacterias sean habitantes del intestino de la garrapata R. sanguineus, y si es así, pueden representar cierto riesgo de salud en caso de regurgitación del parásito, ya sea por el proceso natural de su alimentación o por la remoción inadecuada por parte de las personas. Esta lista de bacterias se muestran en la Tabla 1.

Tabla 1. Especies bacterianas que forman parte de la microbiota interna de la garrapata del perro en la Comarca Lagunera y que han registrado potencial patógeno en humanos.

especies bacterianas

Literatura de referencia

  • Bartlett, A., Padfield, D, Lear, L., Bendall, R. y Vos, M. 2022. A comprehensive list of bacterial pathogens infecting humans. Microbiology, 168:001269, DOI 10.1099/mic.0.001269

  • Brown, S.J. 1988. Evidence for regurgitation by Amblyomma americanum. Veterinary Parasitology, 28(4): 335-342.

  • Dantas-Torres, F. 2007. Rocky Mountain spotted fever. Lancet Infectious Diseases 7, 724-732.

  • Dantas-Torres, F. 2008. The brown dog tick, Rhipicephalus sanguineus (Latreille, 1806) (Acari: Ixodidae): From taxonomy to control. Veterinary Parasitology, 152 (2008): 173-185.

  • Juárez-Jiménez Ma.V., De La Cruz Villamayor, J.A. y Baena-Bravo, A.J. 2017. Tratamiento de la garrapata en atención primaria. Medicina de Familia Andalucía, 18(1):74-79.

  • Nuttall, PA. 2023. Tick saliva and its role in pathogen transmission. Wien Klin Wochenschr (2023) 135:165–176. https://doi.org/10.1007/s00508-019-1500-y

  • Parola, P. y Raoult, D. 2001. Ticks and tickborne bacterial diseases in humans: an emerging infectious threat. Clinical Infectious Diseases, 32, 897-928.

forma incorrecta

Forma incorrecta de remover una garrapata. No la sujete del cuerpo porque puede regurgitar su contenido interno y transmitir más bacterias a la persona o animal. Imagen cortesía de California Center for Functional Medicine

forma correcta

Forma correcta de remover una garrapata para evitar la regurgitación. Utilice unas pinzas delgadas y sujete la parte más próxima de la garrapata a la piel, luego extraiga al parásito hacia arriba. Imagen cortesía de California Center for Functional Medicine

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